sábado, 21 de marzo de 2009

Vayakel-Pekudéi Shabat Hajodesh

35:1Y Moisés reunió a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: Estas son las cosas que el Eterno ordenó hacer:
Vayakhel Moshe et-kol-adat beney-Yisra'el vayomer alehem eleh hadevarim asher-tsivah Adonay la'asot otam.
35:2seis días se hará trabajo, mas el día séptimo será para vosotros santo, sábado de descanso en honor del Eterno; todo aquél que hiciere en él obra alguna, será muerto.
Sheshet yamim te'aseh melachah uvayom hashvi'i yihyeh lachem kodesh Shabat Shabaton l'Adonay kol-ha'oseh vo melachah yumat.
35:3No encenderéis fuego en todas vuestras moradas en el día del sábado.
Lo-teva'aru esh bechol moshvoteychem beyom haShabat.
35:4Y Moisés habló a toda la congregación de los hijos de Israel diciendo: Esto es lo que ha ordenado el Eterno, diciendo:
Vayomer Moshe el-kol-adat beney-Yisra'el lemor zeh hadavar asher tsivah Adonay lemor.
35:5Tomad de vosotros una ofrenda separada para el Eterno; todo donador de corazón traerá la ofrenda separada para el Eterno: oro y plata y cobre,
Kechu me'itchem trumah l'Adonay kol nediv libo yevi'eha et trumat Adonay zahav vachesef unchoshet.
35:6y tejido de lana azul celeste y púrpura y carmesí, y lino, y pelo de cabra;
Utechelet ve'argaman vetola'at shani veshesh ve'izim.
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Comentario

Rab. Marcelo Kormis - Esta semana leemos sobre la construcción del Mishkán. ¿Qué hacía que una carpa común y corriente sea considerada algo tan sagrado? ¿Por qué no un palacio, una pirámide, un zigurat? Era sagrado por dos dimensiones: sus constructores y los elementos que contenía. Eso le dio la santidad. Los constructores fue todo el pueblo, todos participaron en la construcción. Unos trajeron oro, otros plata y otros cobre. La gente estaba tan comprometida que Moshe pidió que dejaran de traer! Con respecto a los elementos, cada una de sus partes era esencial y tenía un espacio central. Desde la estaca más chica hasta el Aron con las tablas. El Mishkán es un espacio de santidad, que está dado más que nada por la entrega de corazón de las personas que lo construyen. Junto al Kodesh Hakodashim había una mesa con 12 panes, uno por cada una de las tribus de Israel. Pregunta: ¿por qué eran panes, y no matzot, en recuerdo de la salida de Egipto, ni Maná? Es porque el pan no se da de la misma forma en la naturaleza, tiene una brajá que tiene un nivel superior y que engloba a las demás. Es porque el pan simboliza el trabajo conjunto de D's, que hace brotar el trigo, y de los hombres, que lo muelen, hacen la harina, amasan y lo cocinan. Por eso frente al lugar más sagrado del Mishkán había panes, simbolizando el trabajo conjunto de D's con los hombres. Este espacio de santidad también es algo que se mantiene en nuestras comunidades. Tal vez habrán visto que a la entrada de los templos de ciertas comunidades hay dos letras hebreas antes del nombre de la congregación. ¿Qué letras son?

David Arias - Kuf kuf.

Rab. Marcelo Kormis - Exactamente, ¡muy bien, David! Significa: "Kehilá Kedoshá", comunidad santa, y tiene relación con este espacio sagrado que se construye en torno a un templo, pero que no está dado sólo por sus paredes. Ahora, volviendo al texto, cabe preguntarse si todo lo que los benei Israel habían visto en Egipto no los influyó en la construcción del Mishkán. ¿Por qué no se construyó un templo en forma de pirámide, por ejemplo?

Héctor Goldfarb - Porque no se pueden transportar las pirámides a través del desierto.

Rab. Marcelo Kormis - Buena respuesta, y me recuerda una entrevista que hicieron con Itzhak Perlman. Cuando le preguntaron por qué hay tantos buenos violinistas judíos, respondió, "porque es más fácil transportar un violín que un piano...".

Andrea Cuccia - Yo quería decir dos cosas. En primer lugar, que esta es la primera vez en la historia en que hay un registro por escrito de algo prefabricado, y no es para nada simple. Es algo muy adelantado hasta para nuestra época. Además, concilia a la perfección al belleza con la utilidad, algo que es muy importante en el trabajo de los arquitectos y constructores. Y lo segundo, y más importante, es que la tarea de Bezalel era muy compleja, porque era el encargado de dar forma a los sueños de la gente. Yo lo entiendo así: cada vez que alguien le pide a un arquitecto que diseñe y construya una casa, en realidad deberá dar forma a los sueños de esa persona y su familia. Y lo mismo ocurre con el Mishkán, todos quieren participar en las donaciones porque en realidad es una forma concreta de sus sueños, de lo que quieren ser como pueblo. Por eso la tarea de Bezalel no es nada simple, deberá ser el constructor de los sueños del pueblo de Israel, y por eso también es que el pueblo avanza con el Mishkán en medio de ellos, ya que encierra todos los sueños de cada uno.

Rab. Marcelo Kormis - Muy lindas palabras de nuestra Kalá, ¡kol hakavod!
Ahora quería ver con ustedes algo más que se desprende de nuestra lectura de la Torá de hoy, y que es por la proximidad de los temas que se trata: la construcción del Mishkán y el Shabat. De hecho, nuestros sabios toman de acá las 39 prohibiciones de lo que no se puede hacer en Shabat, y son las actividades que se realizaban en la construcción del Mishkán. Por ejemplo, escribir y borrar, que viene de las marcas que se hacían en las partes montables y desmontables del Mishkán, como señales para saber cómo volver a ensamblar estas partes.

Teo Arias - Yo quisiera saber por qué estas actividades se desginan como "40 menos una", en lugar de decir "39".

Rab. Marcelo Kormis - Básicamente, porque toda la Mishná es un cuerpo de saber que se transmitió oralmente, y es parte de las nemotecnias para retener mejor el número 39. Decir "40 menos uno" resultaba más fácil de recordar.

Yael Waingortin - Yo quisiera comentar que lo que la Torá realmente nos quiere decir es que el descanso es tan importante, que ni siquiera algo tan sagrado como la construcción del Mishkán se debía hacer en Shabat; más bien, es el descanso lo que nos permite ser humanos dignos, y ni siquiera una actividad tan sagrada puede eliminar la necesidad de descanso. Creo que es un buen mensaje para nuestra vida hoy.

Rab. Marcelo Kormis - Muy cierto, Yael. Siguiendo con el texto, aparece la prohibición de hacer fuego. Pero al mismo tiempo, sabemos que se hacían ofrendas en Shabat en el Beit Hamikdash, y para eso se hacía fuego. ¿Cómo se reconcilia eso?

Andrés Leeser - La Torá indica: "No harás fuego en tus moradas...".

Rab. Marcelo Kormis - Exactamente, fue algo que estudiamos en el curso de Talmud.

Rab. Eduardo Waingortin - Si no se podía hacer fuego en tu casa, podías hacer fogatas en la calle... ¿Algo así?

Rab. Marcelo Kormis - Noooo, no se trata sólo de un lugar fuera de tu casa, sino que sólo se podía hacer fuego en un solo lugar permitido. Sí se podía hacer fuego en el Templo, que era un lugar de santidad especial, pero en ninguna otra parte.

Héctor Goldfarb - Una enseñanza de nuestros sabios es que en Shabat no se deben encender "fuegos", entendido como no dejar surgir las pasiones como la ira, la furia, la rabia, sino que el Shabat sea un espacio de paz y de reconciliación.

Rab. Marcelo Kormis - Hay una familia que conozco, no voy a dar nombres, que tienen una costumbre muy linda: todas las diferencias que pueden haber surgido se aclaran antes de encender las velas de Shabat, de modo que una vez a la semana, máximo, hay una instancia de perdón y reconciliación. Muy lindo, y digno de imitar por nosotros.

Rab. Eduardo Waingortin - Algo que también aprendemos de aquí es que se entra por un lado y se sale por otro. Y eso mismo hacemos hoy cuando la gente es llamada a una aliá de la Torá. Cuando alguien es llamado a la lectura de la Torá, debe tomar el camino más corto a la Bimá; pero cuando se retira, toma un camino distinto y más largo, porque simboliza la pena que da separarse de la Torá. Es una costumbre muy linda.

Héctor Goldfarb - Opino que deberíamos re-introducir una costumbre muy hermosa, y es que la familia de la persona llamada a la Torá escuche su aliá de pie.

Rab. Eduardo Waingortin - En realidad es una costumbre sefaradí, pero es muy linda, cierto. Otra costumbre sefaradí que adoptó el movimiento Masortí en casi toda América Latina es la de hacer la bendición final de jatán y kalá en la jupá cubriendo a ambos con el talit del novio. Es una costumbre muy hermosa y muy profunda, y ya casi no nos podemos imaginar nuestras jupot sin ella, aunque es de origen sefaradí.

Javier Pizarro - Otra costumbre que existe en muchas kehilot es ponerse de pie cuando el rabino es llamado a la Torá. Acá nuestros rabino renunciaron a ese kavod, pero no estoy de acuerdo, y creo que debería re-introducirse, para darles el grado de respeto y honor que se merecen.

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El texto completo lo pueden encontrar en:Navegando la Biblia II, pinchar en Torah y Haftará.

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