domingo, 13 de enero de 2008

Bo

10:21 Y dijo el Eterno a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo y que haya oscuridad sobre la tierra de Egipto, y oscuridad palpable (más que la de la noche).
Vayomer Adonay el-Moshe neteh yadecha al-hashamayim vyhi choshech al-erets Mitsrayim veyamesh choshech.
10:22 Y Moisés extendió su mano hacia el cielo y hubo densa oscuridad en toda la tierra de Egipto, por tres días.
Vayet Moshe et-yado al-hashamayim vayehi choshech-afelah bechol-erets Mitsrayim shloshet yamim.
10:23 Y no se veían los unos a los otros, ni nadie se levantó de su puesto durante tres días; y para todos los hijos de Israel había luz en sus habitaciones.
Lo-ra'u ish et-achiv velo-kamu ish mitachtav shloshet yamim ulechol-beney Yisra'el hayah or bemoshevotam.
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Comentario
Esta semana nuestros dos rabinos estuvieron en el Majané de Bet-El, y la clase fue dirigida por nuestro jazán Ariel Foigel, a quien ahora deseamos un feliz luna de miel.

Jazan Ariel Foigel - Esta semana la parasha tiene una particularidad, y es que trata de las tres últimas plagas, y las tres tienen en común el elemento de la oscuridad. Como decía en la prédica de anoche, la plaga de la oscuridad era tan densa, que según la Torá se podía palpar con las manos. Los jajamim explican que era una oscuridad tan implacable, que aún cuando se prendían velas o antorchas, se apagaban solas. ¿Por qué la oscuridad se transformó en una plaga? ¿Acaso parte de nuestra vida es oscuridad, sin creer que es un castigo divino? La Torá la describe de este modo: nadie veía a su prójimo, y nadie se levantaba de su lugar. Nadie podía ver siquiera a quién tenía a su lado, ni nadie se animaba a salir de su casa. Es más: Rashi explicaba que el que estaba sentado no podía pararse, y el que estaba parado no podía sentarse. Me gustaría que pensáramos en esta frase de otra manera: Cuando nadie pudo darse cuenta que a su lado tenía un prójimo, cuando tenían la mirada centrada en sí mismos, sin dejar lugar para la vida del otro... Cuando nadie salió de su propio encierro ni se movió de su comodidad para encontrarse con el otro, entonces cayó la oscuridad. La oscuridad del alma. Eso pasaba en Mitzraim. Los egipcios, con su maltrato, no pudieron ver que a quienes tenían esclavizados eran su prójimo. ¿Quién iba a salir de la comodidad de ser el amo, para correr hacia la necesidad del otro, en este caso de un pueblo despreciado y silenciado? No fue la mano de Moshé la que provocó la oscuridad, sino la falta de manos tendidas hacia el otro. D's eligió la luz para ser lo primero creado, y nos dio la luz para ser creadores de luz. La plaga de la oscuridad aparece cuando dejamos de ser socios de su creación, cuando somos indiferentes ante la presencia del otro.

Jazan Ariel Foigel - Otro mensaje muy bonito es el que toma las palabras de Moshé, "Con nuestros jóvenes y nuestros ancianos nos iremos". Como dijo el rabino Iosef Kahanman, Moshé pone el énfasis en los jóvenes porque son el futuro del pueblo judío. Y concluye: " un niño es llamado huérfano cuando no tiene padres, y un pueblo es llamado huérfano cuando no tiene jóvenes".
Al final de la décima plaga, D's dice lo que tienen que hacer: tomar un cordero, asarlo al fuego, y al sacrificarlo había que tomar de su sangre y marcar las jambas y dinteles de las puertas. La pregunta es: ¿acaso D's necesita de esa marca?

Gabriela Clivio - No, pero era necesario que ellos se mostraran abiertamente como judíos para dejar de ser esclavos.

Isabel Mardones - La orden era tomar el cordero o cabrito en el día 10 y sacrificarlo en el día 14. O sea, eran cuatro días que lo tenían en la casa y que probablemente balaba, beeeeeeeee (risas), y eso se escuchaba desde la calle... Ya había que ser valiente para eso, porque equivalía a sacrificar una vaca en la India! Es decir, para dejar de ser esclavos, tenían que tomar esa identidad abiertamente, y asumir el riesgo que conllevaba.

Jazán Ariel Foigel - Exactamente. Una es la libertad física, que la da D's al sacarlos de Egipto, y otra es la redención espiritual, que debe ser ejecutada por uno mismo. Si uno no se puede liberarse de las ataduras internas, es poco probable que se consiga la verdadera libertad.

Javier Pizarro - Hay algo que se se pasa un poco por alto y es que la orden es hacer un tremendo asado, de esos que no se olvidan y que debe ser organizado. Porque si la familia era muy chica tenía que juntarse con la del vecino. Y esto obligaba a hacer muchas cosas conscientemente, y tomando acciones en sus propias manos. Otra cosa que a veces pasamos por alto es que en realidad se están celebrando dos cosas distintas: el sacrificio pascual con matzá es por haber sido liberados de la décima plaga, y la celebración de pésaj es por la salida de Egipto. Son dos grandes milagros, y cada uno da suficiente motivo para ser celebrado por separado, pero por lo mismo, se nos olvida que son momentos distintos y en realidad, dos celebraciones diferentes.

Gabriela Clivio - Lo que yo leí es que hay algo olvidado en todo esto, y es que con Pésaj empieza una nueva cuenta del tiempo. Es el primer mes del año. Y además, el cordero hay que tomarlo en el día 10. Parece que hay algo más con el día 10, tal como el 10 es Yom Kippur, que después pasó a ser algo olvidado. Es como si se hubiera diluido en el tiempo la importancia del día 10, que antes sí tenía un significado importante y que no llegó hasta nosotros. Además leí un midrash, que decía que las primeras plagas, las que tenían que ver con el agua, no las hizo Moshé sino que Aarón, porque Moshé había sido liberado de las aguas.

Jazan Ariel Foigel - Efectivamente.

Gabriela Clivio - Y otra cosa es que Faraón también era primogénito y debería haber muerto, pero no muere porque en esta parashá dice, "salgan y bendígame a mí también...".

Javier Pizarro - Eso está en el Talmud, en Midrash Mejilta, y dice que el Faraón temía por su vida porque sabía que era primogénito y podía morir en la última plaga. Por eso pide una bendición y se salva.

Jazan Ariel Foigel - Para terminar, también tengo una prédica de Eduardo de años anteriores. Como Eduardo no está, al menos lo podemos hacer presente por sus palabras... "La pregunta es: ¿por qué los sabios al separar la Torá en parshiot, no pusieron las diez plagas juntas, sino que las dividieron en siete y tres? Algunos sabios intentaron dar ideas y justificaron esta actitud, y empezaron a ver que estas plagas tenían un elemento en común. Las tres palgas son: la plaga de las langostas, que tapaban al sol; la de la oscuridad; y la muerte de los primogénitos, que ocurrió por la noche. El elemento en común era la oscuridad, pero para los judíos había luz... ¿Qué significa todo esto? Nos queda claro lo que dice literalmente la Torá, pero hay un mensaje escondido maravilloso que quiero compartir con ustedes, y que tiene que ver con la libertad. Cuando hay un opresor y un oprimido, o un esclavista y un esclavo, los esclavos viven en la oscuridad y los opresores creen ser dueños de la luz. En cambio, estas plagas quieren demostrarles a los egipcios que aunque se nieguen a dar la libertad, la libertad ya estaba en los corazones de los judíos. La Torá nos muestra un mensaje maravilloso: donde los egipcios se han esclavizado al temor de las plagas, al temor de perder lo que tienen, los judíos mientras tanto se han liberado, porque sin nada que perder toman la libertad. Por eso había luz en la casa de los judíos, mientras que había oscuridad en la casa de sus opresores... Este es un mensaje también para el hoy. Un mensaje que nos enseña que a veces vivimos engañados, y siendo libres creemos tener la luz, pero vivimos en la oscuridad. ¡Qué maravilloso es el mensaje de la Torá! Porque nos muestra que la esclavitud se puede dar en hombres presuntamente libres cuando se esclavizan al temor de perder lo que tienen. Porque aquel que se contenta con su parte, no por resignación, sino por agradecimiento, ese hombre podrá disfrutar de la verdadera luz. El mensaje de la Torá nos llama a dejar de lado la oscuridad y a nutrirnos de la luz de la verdadera vida espiritual".

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11:4 Y Moisés dijo: Así ha dicho el Eterno: ¿Como a media noche saldré en medio de Egipto,
Vayomer Moshe koh amar Adonay kachatsot halaylah ani yotse betoch Mitsrayim.
11:5 y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito del Faraón que habría de sentarse sobre su trono, hasta el primogénito de la esclava que está tras la piedra de moler, y todo primogénito de las bestias".
Umet kol-bechor be'erets Mitsrayim mibechor Par'oh hayoshev al-kis'o ad bechor hashifchah asher achar harechayim vechol bechor behemah.
11:6 Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca lo ha habido y como nunca lo habrá.
Vehayetah tse'akah gedolah bechol-erets Mitsrayim asher kamohu lo nihyatah vechamohu lo tosif.
11:7 Mas ni un perro moverá su lengua contra ninguno de los hijos de Israel, ni contra hombre ni contra bestia, para que sepáis que el Eterno hace distinción entre los egipcios e Israel.
Ulechol beney Yisra'el lo yecherats-kelev leshono leme'ish ve'ad-behemah lema'an ted'un asher yafleh Adonay beyn Mitsrayim uveyn Yisra'el.
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12:2 Este mes os será el principio de los meses; os será el primero de los meses del año.
Hachodesh hazeh lachem rosh chodashim rishon hu lachem lechodeshey hashanah.
12:3 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: El día diez de este mes tomará para sí cada cual una cría (de carnero o de cabra) conforme a su casa paterna, una cría por cada familia.
Daberu el-kol-adat Yisra'el lemor be'asor lachodesh hazeh veyikchu lahem ish seh leveyt-avot seh labayit.
12:4 Y si la familia fuere demasiado pequeña para una cría, entonces él y su vecino inmediato a su casa la tomarán, conforme al número de las almas; según el comer de cada uno haréis la cuenta sobre la cría.
Ve'im-yim'at habayit miheyot miseh velakach hu ushcheno hakarov el-beyto bemichsat nefashot ish lefi ochlo tachosu al-haseh.
12:5 La cría será sin defecto, macho de un año, de los corderos o de las cabras la tomaréis.
Seh tamim zachar ben-shanah yihyeh lachem min-hakvasim umin-ha'izim tikachu.
12:6 Y la guardaréis hasta el día catorce de este mes; entonces la degollará toda la congregación de Israel, a la caída de la tarde.
Vehayah lachem lemishmeret ad arba'ah asar yom lachodesh hazeh veshachatu oto kol kehal adat-Yisra'el beyn ha'arba'im.
12:7 Y tomarán de la sangre y la pondrán en las dos jambas y en el dintel de las casas en que la han de comer.
Velakechu min-hadam venatenu al-shtey hamezuzot ve'al-hamashkof al habatim asher-yochlu oto bahem.
12:8 Y comerán la carne en aquella misma noche, asada al fuego, con panes ázimos y con hierbas amargas la comerán.
Ve'achlu et-habasar balaylah hazeh tsli-esh umatsot al-merorim yocheluhu.
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12:31 Y llamó a Moisés y a Aarón de noche y dijo: ¡Levantaos, salid de en medio de mi pueblo, así vosotros como los hijos de Israel, y andad, servid al Eterno como habéis dicho!
Vayikra le-Moshe ule-Aharon laylah vayomer kumu tse'u mitoch ami gam-atem gam-beney Yisra'el ulechu ivdu et-Adonay kedaberchem.
12:32 ¡Tomad también vuestro ganado menor y mayor, como dijisteis, y andad y bendecidme también a mí!
Gam-tsonchem gam-bekarchem kechu ka'asher dibartem valechu uverachtem gam-oti.
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El texto completo de la parashá lo pueden encontrar en: Navegando la Biblia II, pinchar en Torah.

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