sábado, 4 de agosto de 2007

Ekev

7:12 Y sucederá que por causa de que oyereis estos juicios, los guardareis y los cumpliereis, el Eterno, tu Dios, guardará para ti el pacto y la misericordia que juró a tus padres.
Vehayah ekev tishme'un et hamishpatim ha'eleh ushmartem va'asitem otam veshamar Adonay Eloheycha lecha et-habrit ve'et-hachesed asher nishba la'avoteycha.

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Comentario
Esta semana celebramos los 28 años de matrimonio de nuestro Rabino Eduardo Waingortin con su esposa Gachi. ¡Mazel Tov!

Rab. Marcelo Kormis - Esta semana celebramos Tu B'Av, que en la tradición es el día del amor. En Jerusalén las jóvenes se vestían de blanco y salían a los viñedos a buscar pareja. Cada una además promocionaba sus virtudes. La que era hermosa pregonaba su hermosura; la que era de buena familia -y tal vez no tan bonita- exaltaba lo virtuosa que era su familia; y la que venía de una familia con menores recursos, señalaba lo trabajadora que era. La tradición equipara a Tu B'Av con la felicidad de Yom Kippur. ¿Qué tienen en común? Dicen los sabios que en Yom Kippur bajó Moshé desde el Har Sinaí con las segundas tablas de la ley y el pueblo fue perdonado por el error del becerro de oro. Esto es un signo de alegría, al igual que el día de Tu B'Av donde la ultima generación del desierto que debía morir, fue perdonada por D's. Como vemos, la alegría de ambos días está ligada al perdón que recibió el pueblo en ambas fechas.


Rab. Eduardo Waingortin - En Yom Kippur también nos vestimos de blanco, y también incluye a la alegría después de la tristeza, por la alegría que implica el sentirnos perdonados. Tu B'Av coincide con el periodo de las siete semanas de consuelo después del 9 de Av, y en los documentos rabínicos se suele indicar como fecha "Menajam Av", el consuelo de Av. En Yom Kippur ayunamos y al final nos sentimos cansados pero alegres, porque sabemos que hemos sido perdonados. Esta semana estábamos pensando en una frase para la nueva sinagoga, que es "Servir a D's con alegría". Se trata de que actuemos no sólo por temor reverencial de D's, sino también en alegría.

Rab. Eduardo Waingortin - Ahora vamos al texto de nuestra parashá. Se llama "Ekev", y el shoresh o raíz de esta palabra tiene que ver con "torcido" y con "talón". Los sabios aprenden de esto que es una advertencia para que no hagamos a un lado con el talón los mitzvot que consideramos menos importantes (Rashi). ¿Cómo podemos saber cuáles son importantes y cuáles no tanto? Esto también es una lección para el matrimonio, para que no se dejen de lado los detalles que tienen que ver con el respeto del uno al otro.

Rab. Marcelo Kormis - No sabemos cuál es la recompensa por cada mitzvá, salvo dos de ellas, y por eso no podemos saber cuál es más importante que otra. El rabino Artson, que escribió el libro "The Bedside Torah", se pregunta cuál es la diferencia entre una buena acción que realizamos en nuestra vida y una que se realiza para cumplir con una mitzvá. Por ejemplo, si vamos a visitar a un enfermo, a un tío, digamos, ¿lo hacemos porque somos una buena persona, o porque es cumplir con la mitzvá de bikur jolim? ¿Quién siente el efecto de esta buena acción, el que hace o el que recibe?

Yael Waingortin - Para el receptor de esa acción es lo mismo, pero para el que hace la acción, no. Se siente diferente porque se siente una mejor persona.

Javier Pizarro - Al igual que con los korbanot o sacrificios, D's no necesita que hagamos cosas, le da lo mismo. Es para nosotros. El que sacrificaba un cabrito en el templo sentía que con eso se elevaba y se convertía en mejor persona.

Charna Schliapnik - Yo pienso que cuando haces una mitzvá es distinto, porque la cumples incluso cuando el tío no te gusta o no lo quieres, y lo vas a visitar igual. Y puede ser que con tu buen acto des vuelta una relación que ahora pase a ser positiva.

Héctor Goldfarb - Esto nuevamente se refiere a algo que vimos la semana pasada, y que es hacer "lo bueno y lo correcto a los ojos de D's", y eso muchas veces va más allá de la ley.

Isabel Mardones - Yo discrepo de que dé lo mismo para la persona que recibe esa buena acción. Una mitzvá santifica a la persona que la hace. Si uno hace algo por hacerlo, por cumplir pero tal vez con lata, versus hacer algo que te santifica, yo pienso que el receptor sí percibe la diferencia.

Andrés Klein - No estoy de acuerdo, porque una persona que hace un buen acto sin conciencia de que es una mitzvá, ¿es una mala persona?. No lo creo.

Gachi Waingortin - Creo que acá se produjo una confusión. No se trata de visitar a un enfermo con lata, sino de hacer la visita con todo el cariño, pero simplemente no se tiene conciencia de que es una mitzvá. Como decía Isabel, una mitzvá santifica. Una persona que hace una buena acción siempre es una buena persona, pero no eleva su nivel de kedushá. Una persona que es atea y realiza buenas acciones seguro que es una buena persona, pero no se acerca a D's, porque D's no está en su agenda.

Rab. Marcelo Kormis - Siguiendo la idea del Rabino Artson, me parece que la diferencia radica en que para cumplir una mitzvá, debe haber un metzavé - D's que ordena, y un metzuve - el ser humano que se siente ordenado a cumplir. La mitzvá es el valor agregado del judaísmo a tu vida, de sentir que no solo hacemos las cosas porque es lo correcto, sino que lo hacemos porque incorporamos a D's en nuestras vidas y es lo que D's pide de nosotros.

Jaime Preiss - Discrepo de eso. Tanto una persona que hace una buena acción como una que la recibe es vista por D's. Es un triángulo. Tanto si lo hace con conciencia de que es una mitzvá o sin conciencia de ello, da lo mismo, porque D's lo ve igual. La Torá tiene un mensaje universalista y D's lo ve todo, independiente de que la persona sea atea o no. Es igualmente una buena persona, que hace el bien.

Rab. Eduardo Waingortin - A ver, una persona que es atea y realiza buenas acciones, y una persona que realiza mitzvot, tienen el mismo mérito en la contabilidad humana. Pero no en la contabilidad divina, donde pesa la voluntad de acercarnos a D's y de hacer incluso lo que no es placentero. Por ejemplo, a mí me cuesta levantarme temprano. Pero cuando es para venir a shabat, me da alegría, aunque no siempre sea fácil levantarse temprano.

Gachi Waingortin - Por eso el Talmud valora más al que cumple mitzvot por obligación que al que cumple por ganas. Porque cuando uno no tiene ganas no cumple; mientras que el que sigue por obligación, cumple, con o sin ganas, pero lo hace.

Yael Waingortin - La obligación es importante para que funcione el sistema. Como judíos creemos en mejorar el mundo para que venga el Mashiaj. Y para mejorar el mundo hay que cumplir mitzvot, independiente de si se tiene ganas o no. Porque es la única garantía de que así se puede realmente llegar a ser mejor persona y así mejorar la sociedad.

Rubén Preiss - La Torá no nos pide lo que es obvio. No se obliga a amar a padre y madre, sino a honrarlos, que ya es más difícil. Por eso hay canciones como la que dice que hay alegría en el cumplimiento de las mitzvot-- pero agrega "tamid", "constantemente". Y eso es lo relevante. Lo que da la alegría es el cumplimiento constante de las mitzvot, y el mandamiento es cumplir en forma constante.

Rab. Marcelo Kormis - Para cerrar esta clase, quería contarles que para el beit din que lleva a la ordenación rabínica, los nuevos rabinos deben escoger un pasuk de todo el Tanaj para colocarlo en su certificado de Smijá. Y el mío está en esta parashá. Me gusta mucho, porque pienso que es el resumen de todo lo que D's pide de nosotros como judíos:
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10:12 Y ahora, oh Israel, ¿qué es lo que el Eterno, tu Dios, pide de ti? Solamente que temas al Eterno, tu Dios, que andes en todos sus caminos y que le ames, y que sirvas al Eterno, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma;
Ve'atah Yisra'el mah Adonay Eloheycha sho'el me'imach ki im-leyir'ah et-Adonay Eloheycha lalechet bechol-drachav ule'ahavah oto vela'avod et-Adonay Eloheycha bechol-levavcha uvechol-nafshecha.
10:13 y que guardes los mandamientos del Eterno y sus estatutos que yo te prescribo hoy para tu bien.
Lishmor et-mitsvot Adonay ve'et-chukotav asher anochi metsavecha hayom letov lach.
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El texto completo de la parashá lo pueden encontrar en: Navegando la Biblia II, pinchar en Torah, y luego en Deuterenomio y Ekev.

1 comentario:

Ingrid dijo...

¡Eché de menos los comentarios sobre Ekev! ¿Qué pasó? Es tan lindo participar en el blog… ¿por qué no escriben más personas?

En fin… aquí van mis pensamientos sobre algunos aspectos de esta parashat en que se nos recuerda de las bendiciones de la obediencia a D’s:

1) En el capitulo 8, v. 14 siempre me ha llamado la atención la crítica al orgullo. ¿No dice acaso el Talmud que “… YO (D’s) y él (ella) (la persona orgullosa) no podemos morar en el mismo universo…”? Generalmente, cuando nos va bien, nos olvidamos de D’s; el orgullo nos hace pensar que todo es propio y único de nuestro esfuerzo; este verso nos hace un llamado a ser humildes y agradecidos por lo que tenemos… hay muchos en el mundo que padecen de hambre, de guerra, injusticias y enfermedades terribles… D’s no nos deja solos ni aún en aquellos momentos en que pareciera que estamos abandonados, así lo leí en un libro maravilloso de Abraham J. Heschel; pienso que es verdad, sólo que se nos olvida cuando estamos bien reconocer este hecho que es esencial del amor que debemos demostrarle a D’s.
2) Por favor, tengo un problema serio con la cuestión del castigo y la recompensa de D’s planteada en el judaísmo a la luz de todas las persecuciones del pueblo de Israel, de la Shoah, de los actos terroristas que han costado tantas vidas judías en Israel y en el mundo contemporáneo… El capítulo XI v.13-21 que es la porción media de la Shema, proclama la doctrina de la Justa Retribución Divina. El judaísmo nos enseña que la obediencia a D’s es recompensada y que la desobediencia, es castigada. Esta doctrina está firmemente conectada a la creencia fundamental que D’s es justo. Y porque ES justo, no trata a la persona ‘buena/noble’ de la misma manera en que trata a la persona ‘mala/ perversa’. Pero, y este pero es importante, dicha recompensa (ya sea bienes materiales o espirituales) no es el motivo de la virtud que se nos comanda, sino que debe ser el amor a D’s y Sus Mandamientos. Estoy de acuerdo. ¡PERO, y este pero también es importante y aquí va la pregunta para ustedes que saben más que yo! ¿Hasta dónde existe, o en qué medida existe esa relación directa entre obediencia y felicidad, obediencia y prosperidad/ pobreza (material y espiritual), entre obediencia y miseria/pecado? Tanto Devarim como Ezequiel declaran que las personas en este mundo, reciben exactamente lo que se merecen… Por otro lado, Job, Jeremías, Habakuk, los Salmos y Eclesiastés, valientemente enfrentan los amargos hechos de la vida en los cuales a menudo al perverso le va bien, mientras que al bueno, la vida le resulta particularmente difícil y dolorosa. A la luz de la historia del pueblo judío (de la Humanidad en su conjunto) este hecho es indiscutible y de alguna manera se resuelve con la creencia en la inmortalidad del alma… o en la idea proclamada por R. Jannai que decía imperturbable que “no está en nuestro poder explicar ni la prosperidad del malo, ni la aflicción del justo…”, o como decía el ilustre maestro babilónico Rab “En el mundo que viene no habrá necesidad de comer o de beber… sino que los justos gozarán de la luz radiante de la Shejinah…” ¿Es que tal vez los maestros y rabinos de antaño nos enseñan que el énfasis no debe estar en la recompensa sino que en la alegría de cumplir con Sus Mandamientos?

Okay. Aquí es donde tengo problemas, porque esta idea de la devoción pura, (que también declara Maimonides “… que los hombres le sirvan a D’s al comienzo por la recompensa; terminarán por servirle sin ese motivo…”,o que “la recompensa es solamente un medio para lograr un fin…”) me resulta complicada de aceptar… y por otro lado, difícil también de comprender/racionalizar/entender de qué eran culpables los que dieron (y siguen dando) la vida por el judaísmo a través de nuestra compleja y heroica historia como pueblo.

Porfa, sé que esto no es magia, ni que D’s un “viejito bueno” sentado en un trono por ahí lejos de nosotros… todo lo contrario; por experiencia propia, sé que está a nuestro lado, que no estamos solos y que es JUSTO y BUENO. Entonces, ¿por qué todo lo terrible que le pasa a la gente buena? Conozco las respuestas en los maravillosos libros de los rabinos Harold Kushner y David Wolpe… pero ¡ay, que me resulta difícil de comprender y aceptar!

¡Brajot y Shalom!
Ingrid.