domingo, 9 de marzo de 2008

Pekudé Shabat Shekalim

38:21 Estas son las cuentas (de las cosas) del Tabernáculo, del Tabernáculo del Testimonio, que fueron enumeradas por orden de Moisés para el servicio de los levitas, bajo la dirección de Itamar, hijo de Aarón, el (sumo) sacerdote.
Eleh fekudey haMishkan Mishkan ha'edut asher pukad al-pi Moshe avodat haLevi'im beyad Itamar ben-Aharon hakohen.
38:22 Y Betzalel, hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá, hizo todo cuanto el Eterno había ordenado a Moisés.
UVetsal'el ben-Uri ven-Chur lemateh Yehudah asah et-kol-asher tsivah Adonay et-Moshe.
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Comentario

Rab Eduardo Waingortin – En esta parashá vemos, como decía en la prédica de anoche, que la nube es la que va guiando al pueblo a través del desierto. Pero veamos, antes de que tuvieran el Mishkán, ¿qué podría haber sido el centro del pueblo?.

Boris Stier- Las tablas de la ley.

Isabel Mardones – Moshé.

Héctor Goldfarb - Los huesos de José.

Rab. Eduardo Waingortin – Es interesante lo de los huesos de José, como link con el pasado. Ahora ese rol lo tendrá el Mishkán. La construcción del Mishkan deja en claro que el centro del pueblo no es Moshé ni ningún ser humano, por más líder que sea, sino D's.

En este caso vemos que la nube, al término de la parashá y de la construcción del Mishkán, se posa allí y Moshé no puede entrar. Tal vez es como el sino de Moshé, que tampoco puede entrar a la tierra de Israel. ¿En qué les hace pensar?

Javier Pizarro – Yo quería recoger algo que mencionaba el Rab Eduardo anoche, y es que la nube los llevaba por lugares agradables y no agradables, y es porque D’s tenía una finalidad educativa. Y eso se ve también cuando analizamos la finalidad de cada uno de los sifrei Torá. Al final de Shmot vemos que el pueblo realmente se ha congregado como tal, alrededor de una tarea común, que logran finalizar. Me gustaría que leyéramos el final de esta parashá y el comienzo de Vayikrá. Ahí vemos que la nube se posa sobre el Mishkán y que Moshé no puede entrar. Pero en Vayikrá, D’s llama a Moshé y sí puede entrar. En realidad, cuando un tiempo atrás Moshé sube por primera vez al Har Sinai, está escrito en la Torá con exactamente las mismas palabras. Primero la nube se posa sobre el Har Sinai, y luego D’s llama a Moshé y lo hace subir. Lo que habría que preguntarse es porqué los sabios dividieron así los libros de la Torá, y no hacen terminar el libro de Shmot con que Moshé puede entrar en el Mishkán. Yo creo que tiene que ver con esta finalidad educativa. Moshé podría sentirse muy poderoso porque ahora se ha completado el Mishkán, pero no puede entrar. Es una forma de D’s para poner al hombre en su lugar.

Rab Marcelo Kormis – A eso yo quería agregar algo que puse en el comentario de esta semana en la Palabra Israelita, basado en algo que dice el rabino Gustavo Suraszki, y es que el Mishkán es sólo para D’s. Si ustedes se fijan, en el Mishkán sólo hay objetos para culto, pero no hay sillas ni nada que permita que mucha gente se congregue ahí por un largo rato. En cambio, la sinagoga es para el hombre, es un lugar de reunión donde el hombre puede compartir con otros y comunicarse con D’s.

Gabriela Clivio – A mí me llamó la atención eso de que el Mishkán se completó en 9 meses, y estaba recordando el comentario de Natan de hace un par de semanas, donde hablaba de una embarazada. Me es significativo esto de los 9 meses como si fuera necesario un proceso para poder acercarse a D’s.

Rab. Eduardo Waingortin – Es un símbolo poderoso, y tal vez una lectura desde la Cábala enfatizaría más ese elemento.

Héctor Goldfarb – Yo quería retomar algo que decía Javi sobre la finalidad educativa. En esta parashá vemos que varias veces se repite que se hizo de acuerdo a lo que D’s dijo a Moshé. ¿Cuántas veces aparece esta frase? 18, y como recordamos, 18 es Jai, “vida”. Otra cosa notable es que si sumamos las letras de los 18 psukim, la suma da 248, que es el número de mitzvot positivas. Esto nos indica que D’s quiere que hagamos Su voluntad para tener vida.

Rab. Eduardo Waingortin - Muy bonito. Nuestro Gabai se está poniendo muy guemátrico… pero es una bonita enseñanza. Otro elemento que destaca la parashá de esta semana es el efod, el pectoral del Cohen Gadol, que tenía doce piedras y simbolizaban a las 12 tribus de Israel. Pero también tenía dos placas en los hombros, con seis piedras cada una, que también suman 12, y todo esto muy bien atado entre sí. Este comentario lo tomé del Rabino Bulka de su libro “More Torah Therapy”, y después yo tengo algo más para agregar. El Rabino Bulka dice que el peso del efod era para que sintiera el peso de su responsabilidad, y también el hecho de que tuviera estas amarras era para que no se “desarmara” el Cohen durante el servicio del Templo. De esto se aprende que tenía que estar impecable y que lo mismo rige para nosotros: todos los que estamos en una posición de dirigir o de autoridad, debemos cuidar de estar impecables. Pero a mí me parece que esto va más allá: aparte de lo que significa sentir la responsabilidad sobre nuestros hombros, estas amarras apuntan a que debe haber correspondencia entre lo de adentro y lo de afuera. Es algo de lo que Dany Fainstein llamaba “el marranismo al revés” y que Héctor desarrolló en un artículo muy bonito: hoy es muy común que los judíos se sientan muy orgullosos de ser judíos y lo muestran hacia fuera, pero por dentro no respetan muchas cosas y eso los hace inconsecuentes. Es como los judíos de Lanús, donde yo crecí, que para la Guerra de los Seis Días se preciaban de ser judíos y de jugarse por el estado de Israel, pero después no hacían nada, no participaban en nada judío y no hacían nada que los distinguiera como tales.

Yael Waingortin – Con mi curso hicimos un ejercicio. La primera pregunta era “qué tan judío te sientes”, y todos estaban de acuerdo en que se sentían muy bien, que eran plenamente judíos y no tenían miedo de mostrarlo. Pero después la pregunta siguiente era: “si estuvieras en un reality show, donde no tuvieras ningún signo externo que te mostrara como judío y una cámara te sigue las 24 horas, ¿por qué cosa o en qué momento se notaría que eres judío? ¿En qué haces algo especial, o qué comes distinto?”. Y ahí varios quedaron perplejos, porque decían, “en realidad como igual que los demás”, etc. Fue un ejercicio interesante, porque tomaron conciencia de que no basta con decir que se es judío.


Bruno Conforti - A mí me llamó la atención que cuando D's da la orden de construir el Mishkán, detalla todo lo que hay que hacer y al final habla del Shabat. En cambio, Moshé habla primero del Shabat y luego de los detalles de la construcción, para enfatizar que lo espiritual es lo más importante, por sobre lo material.


Héctor Goldfarb - Yo quería que revisáramos la Haftará, donde el elemento en común con esta parashá es la cuenta pública, pero donde por primera vez se exige rendir cuentas que sean públicas para demostrar que los dineros se dedican a lo que realmente corresponde. Lo que no deja de ser un elemento actual...


Gachi Waingortin - La Haftará realmente me hizo recordar Argentina, donde los dineros se recaudan, pero no se hacen las reparaciones necesarias... (risas). Lo interesante es que la Torá no sólo nos pone el ejemplo positivo de la parashá, donde todo cuadra y la gestión es transparente, sino también el caso de la Haftará, donde las cuentas no calzan y finalmente se decide que los dineros no serán entregados a los sacerdotes sino directamente a los albañiles, para que las reparaciones sí se hagan como corresponde.


Gabriela Clivio - Estaba leyendo que incluso la familia que en el templo tenía a su cargo hacer el incienso, tenía prohibido usar perfume, para que nadie fuera siquiera a dudar que sacaban especias del incienso para su uso personal.


Rab. Eduardo Waingortin - Exacto. La idea es que hubiera transparencia y evitar así la corrupción. La Torá nunca pierde vigencia...



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40:34 Y cubrió la nube la tienda de asignación, y la gloria del Eterno llenó el Tabernáculo.
Vayechas he'anan et-Ohel Mo'ed uchevod Adonay male et-haMishkan.
40:35 Y no pudo Moisés entrar en la tienda de asignación, porque la nube posaba sobre ésta y la gloria del Eterno llenaba el Tabernáculo.
Velo-yachol Moshe lavo el-Ohel Mo'ed ki-shachan alav he'anan uchevod Adonay male et-haMishkan.
40:36 Y cuando se alzaba la nube de encima del Tabernáculo, los hijos de Israel partían en todas sus jornadas.
Uvehe'alot he'anan me'al haMishkan yis'u beney Yisra'el bechol mas'eyhem.
40:37 Pero si no se alzaba la nube, entonces no se movían hasta el día en que ella se alzaba.
Ve'im-lo ye'aleh he'anan velo yis'u ad-yom he'aloto.
40:38 Porque la nube del Eterno permanecía sobre el Tabernáculo de día, y de noche había fuego en él, a los ojos de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.
Ki anan Adonay al-haMishkan yomam ve'esh tihyeh laylah bo le'eyney chol-beyt-Yisra'el bechol-mas'eyhem.
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Haftará Shabat Shekalim (Reyes 2 11:17 - 11:20; 12:1 - 12:17)
12:8 Entonces el rey Jehoash llamó al (sumo) sacerdote Jehoyadá y a los demás sacerdotes y les dijo: ¿Por qué no reparáis los desperfectos de la Casa? Ahora pues, no recibáis más dinero de vuestros conocidos, sino entregadlo para la reparación de los desperfectos de la Casa.
Vayikra hamelech Yeho'ash li-Yehoyada hakohen velakohanim vayomer alehem madua eynchem mechazkim et-bedek habayit ve'atah al-tikchu-chesef me'et makareychem ki-levedek habayit titnuhu.
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El texto completo de la parashá lo pueden encontrar en: Navegando la Biblia II, pinchar en Torah.

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