sábado, 22 de marzo de 2008

Tsav

6:1 Y habló el Eterno a Moisés, diciendo:
Vayedaber Adonay el-Moshe lemor.
6:2 Ordena a Aarón y a sus hijos, diciendo: Esta es la ley del holocausto: el holocausto estará quemándose sobre el altar toda la noche hasta la mañana, y el fuego del altar ha de mantenerse ardiendo en él.
Tsav et-Aharon ve'et-banav lemor zot torat ha'olah hi ha'olah al mokedah al-hamizbe'ach kol-halaylah ad-haboker ve'esh hamizbe'ach tukad bo.
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Comentario

Rab. Marcelo Kormis - La parashá de esta semana se llama “Tzav”, que tiene el mismo shoresh o raíz que la palabra “Mitzvá”. “Tzav” es “ordena”, es decir, estamos hablando de que acá se da la orden a los sacerdotes de cómo enceder el fuego del altar y hacer los sacrificios.

En realidad, “Tzav” y “Vayikrá” son parashiot que van juntas, y ambas tratan sobre los mismos sacrificios. Sin embargo, cabe preguntarse por qué los sabios cortan acá el texto entre una parashá y la otra, y Javi preparó algo al respecto que nos contará después, para que entendamos si se trata de una simple repetición o no.

Pero vamos al texto. La parashá abre con la orden de encender el fuego todos los días y no dejar que se apague nunca. Este Ner Tamid es lo único del Beit Hamikdash que mantenemos aún en nuestras sinagogas… Imagínense a los cohanim, que todos los días tenían que hacer esto, ¿no creen que podrían haberlo sentido como algo rutinario y aburrido? ¿Cómo podían evitar ese sentimiento? Y del mismo modo, los sabios dicen que esta tarea de los cohanim se aplica a nosotros también, de mantener encendido el fuego de las mitzvot para hacerlas sin caer en la rutina. Les pregunto, ¿qué hacen ustedes como para tener siempre la energía de cumplir mitzvot sin caer en la rutina?

Héctor Goldfarb – Lo que yo hago es pensar siempre, “¿qué sería grato a los ojos de D’s que yo hiciera?”. De esa forma, todo pasa a ser nuevo y uno se aleja de ese sentimiento de rutina.

Isabel Mardones – Yo leí en el libro de Nejama Leibovitz el comentario de Shimson Rafael Hirsch, acerca de que el Cohen debía sacar las cenizas del altar todos los días. Eso permitía que el fuego nunca perdiera su fuerza y se renovara todos los días. De la misma manera, ésa es una pauta para nosotros: sacar las cenizas todos los días nos lleva a que el fuego tenga una fuerza distinta, a que sea como si lo hubiéramos encendido por primera vez. Y eso se aplica en todas las esferas de la vida, también las de las relaciones humanas, por ejemplo.

Rab. Marcelo Kormis – Eso de sentir como que es la primera vez es también lo que pasa en el amor: tratamos que más allá del enamoramiento haya un amor que todos los días parezca ser nuevo, que nos lleva a sentirlo siempre como algo fresco.

Sara Schuhfeld – Cuando rezo en la mañana antes de salir, trato que ese momento sea de plena comunicación con D’s, y eso me llena de energía para todo lo que tengo que hacer ese día. Esa comunicación me lleva a sentirme renovada.

Rab. Marcelo Kormis – Es decir, es como cargar las baterías.

Gerald Sommerfeld – En un libro de Deepak Chopra que habla sobre ciertas leyes que se dan en la existencia, habla acerca del “fuego sobre el fuego”, que se refiere a la intencionalidad de las cosas. Cuando uno tiene deseos de algo, no pasa nada si no hay una intencionalidad, unas ganas de hacerlo realidad. A eso llama fuego sobre fuego, y en este caso, se refiere a que si tenemos la intencionalidad podemos realmente ir cambiando el mundo para bien, por más que sea en un círculo reducido, y que ese bien que uno hace de alguna manera se devuelve multiplicado hacia nosotros.

Rab. Marcelo Kormis – Otra cosa que dicen los sabios es que el Cohen debe mantener encendido el fuego en él, “ve’esh hamisbeaj tukad bo”. Este “bo” alude al alma. Es decir, es no sólo un fuego externo en el altar, sino que también debían mantener el fuego dentro de ellos. De esa forma podían tener la energía para hacer esta tarea todos los días con kavaná.

Después la parashá nos habla de los mismos sacrificios que nos mencionó en la parashá anterior. Javi preparó algo al respecto para que podamos entender mejor lo que dice la Torá.

Javier Pizarro – Como veíamos la semana pasada, en el libro de Vayikrá se dan a conocer varios instrumentos –los sacrificios- para comunicarse con D’s. En la parashá de Vayikrá se enumeran los distintos sacrificios y los casos para los que debían ser hechos. En realidad, es un menú de sacrificios. Ahora, en la parashá de Tzav, se repiten los mismos sacrificios, pero no exactamente de la misma manera. Acá se les dice a los Cohanim cómo deben hacer cada uno de ellos, por lo que acá tenemos un verdadero “manual de cortapalos” de los Cohanim. Además se dice que no se debe comer el sebo ni la sangre… Se les dan las instrucciones precisas para todo lo que debían hacer en el mishkán, y aunque eso nos parezca lejano, aún podemos sentir que hay un nexo con nosotros. Por ejemplo, cada vez que comemos carne, podemos pensar que tal vez ese animal estaba destinado a ser un sacrificio en el altar del Templo. De esa forma, comer kasher pasa a ser una forma de cumplir con las ofrendas del Templo, que no se hacían de cualquier manera, sino de una forma prescrita, y tenían su razón de ser.


Rab. Eduardo Waingortin - El comentario más clásico de esta parashá se basa en el hecho de que el Cohen Gadol, el personaje más importante del Templo, era el que debía sacar las cenizas del altar. El Cohen Gadol era un vicario, es decir, un representante de D's en la tierra, y de ahí emanaba su autoridad. Pero debía hacer esta limpieza él mismo, a pesar de que era una persona rodeada de mucha pompa, tenía un traje muy elaborado, llevaba una mitra y tenía además un frontal con doce piedras semipreciosas, todo ello como signo de poder. Además tenía gente a su servicio. Pero él mismo debía sacar las cenizas del altar todos los días, en signo de humildad. Eso es un gran mensaje para todos los que de alguna forma tenemos autoridad: como padres frente a los hijos, por nuestro trabajo o lo que sea. La humildad es lo que nos hace realmente grandes.


Rubén Preiss - Yo quería pedirte, Eduardo, que repitieras lo que dijiste en la prédica de anoche.

Rab. Eduardo Waingortin - La parashá prescribe en qué lugar se debe realizar cada uno de los sacrificios, que se hacían por motivos distintos. En el caso de los sacrificios que se hacían por situaciones heavy, por embarradas graves, la Torá decía que había que hacerlos en el mismo lugar de otros sacrificios que eran mucho más sencillos. Esto lo aprendimos de Avidor HaCohen, z.l., quien nos decía que esto se hacía así para evitarle la vergüenza a las personas que traían ese sacrificio. Imagínense que hubiera sido en un lugar diferente y único: la gente hasta estaría con largavistas viendo quién llevaba un sacrificio por alguna embarrada y podría servir para una serie de comidillas... En cambio, así se guardaba la dignidad de la persona. El Talmud dice que el que hace empalidecer a una persona al dejarla en vergüenza es como si derramara sangre. Y decíamos anoche que no faltan las personas que cuentan de una fiesta fabulosa que dieron a personas que nunca podrán hacer una fiesta así; o de un viaje espectacular, con las ganas de que el otro, que nunca podrá hacer ese viaje, muera de envidia. Y eso encaja tambien muy bien con lo dice la Haftará de hoy y que le dije al Bar Mitzvá: "No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el fuerte de su fuerza, ni se gloríe el rico de su riqueza". A veces el saber, la fuerza de la juventud o la riqueza, nos dan un poder sobre otros que nos puede llevar a la soberbia y a hacerlos sentir denigrados en su dignidad. Por eso era importante que en el Templo también hubiera una manera de poder venir a hacer un sacrificio -lo cual se hacía después de que la persona hubiera reparado el daño y hubiera pedido perdón- y mantener su dignidad.

Rab. Marcelo Kormis - En el periodo del Templo no existía la teshuvá como la conocemos hoy, sino que después de reparar el daño hecho se llevaba un animalito al Templo, lo que conllevaba también una carga económica importante, y el Cohen le imponía las manos a nombre de la transgresión hecha por él, o por el pueblo o por una persona.

Felipe Aguirre - Respecto del perdón y la teshuvá, yo quería preguntar qué pasa cuando una persona no está dispuesta a perdonar al que le ha hecho un daño grande.

Rab. Marcelo Kormis - En el judaísmo tenemos Yom Kippur para aclarar todas nuestras transgresiones contra D's, pero los pecados entre un hombre y otro hay que aclararlos y perdonarlos antes de eso. Ahora, si yo hice algo grave contra Jaime y voy y le pido perdón, y me dice "no"; voy por segunda vez y me dice "no", y voy por tercera vez y me dice "no", entonces estoy libre de culpa y la persona que pasa a ser la transgresora es la que no perdona.

Yael Waingortin - ¿De qué le sirve a esa persona no perdonar? El que no otorga el perdón se queda con todo el odio y eso hace daño; en cambio el perdón es sanador y es lo que permite crecer.

Rubén Preiss - Tenemos varias instancias en que podemos pedir perdón además de Yom Kippur, como en el Tajanún y en la Amidá de todos los días en que también decimos "Al jet". Pero al margen de eso, el perdón tiene una capacidad de reparación social, y por eso quería recordar el viaje de esta semana a Israel de la Canciller alemana Angela Merkel.

Rab. Eduardo Waingortin - Angela Merkel agradeció que la dejaran hablar en el Knesset y hacerlo en alemán. Hubo gente que se paró y se fue, igualmente, donde se ve que es gente no preparada para el perdón, pero fue un momento importante. En todo caso, al pueblo de Israel le han pasado tantas cosas, pero el perdón también tiene que ver con el tiempo. Tal vez todavía dudamos antes de comprarnos un auto alemán. Pero si pensamos en la Inquisición, eso no nos limita para ir a España, y de hecho muchas veces camino a Israel pasamos por Madrid, porque Iberia siempre tiene los pasajes más baratos... Tal vez eso también pasará con Alemania, pero tendrán que pasar muchos más años desde el fin de la guerra...

Yael Waingortin - El tiempo es un agente sanador. Por eso, por ejemplo, es complicado cuando la herida es muy reciente y llega Iom Kipur, y uno no está preparado para elaborar el perdón. A mí me pasó una vez que alguien me hirió mucho dos meses antes de Iom Kipur, y tuve que dejar ese tema en stand by para seguir elaborándolo durante el año, y recién al siguiente Iom Kipur pude perdonar...

Rab. Marcelo Kormis - Yo quería recordar con ustedes lo que escribí en el comentario de esta semana, acerca del fuego y la luz que emana de él. Esto está tomado del Rabino Pinjas Peli. Según la tradición judía, la luz es una creación divina, mientras que el fuego es obra de los hombres. Esto está también en los mitos de muchas culturas: el fuego estaba en el cielo y pertenecía a los dioses, pero el hombre lo roba o lo crea o lo adquiere y aprende a usarlo para sus fines. La tradición judía dice que fuego lo creó Adam al final de primer shabat. La tarde se fue haciendo más y más oscura y Adam tuvo miedo. Entonces D's le dijo que tomara dos piedras y las frotara para crear el fuego. Y por eso en nuestra Havdalá también bendecimos a D's por ser "boré meoré ha esh", creador y dador del fuego. Otra cosa es que el fuego se puede multiplicar sin que pierda nada de su esencia. Cuando encendemos un fósforo a partir de una vela, el fuego nuevo es igual al que le dio origen. El gran desafío que tenemos es de mantener el fuego, para que siempre podamos dar luz al mundo con él.




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Haftará (Jeremías 7:21 - 8:3; 9:22 - 9:23)
7:21 Así dice el Eterno de las huestes, Dios de Israel: ¡Añadid vuestros holocaustos (ya que no son de mi agrado) a vuestros sacrificios, y comed la carne!
Koh amar Adonay Tseva'ot Elohey Yisra'el oloteychem sfu al-zivcheychem ve'ichlu vasar.
7:22 Pues nada hablé a vuestros padres ni les ordené en el día en que los saqué de la tierra de Egipto, relativo a holocaustos y sacrificios.
Ki lo-dibarti et-avoteychem velo tsivitim beyom hotsi'i otam me'erets Mitsrayim al-divrey olah vazavach.
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9:22 Así dice el Eterno: No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el fuerte de su fuerza, ni se gloríe el rico de su riqueza;
Koh amar Adonay al-yithalel chacham bechochmato ve'al-yithalel hagibor bigevurato al-yithalel ashir be'oshro.
9:23 mas el que se gloria, gloríese de esto: en que me entiende y me conoce a Mí, que Yo soy el Eterno que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco, dice el Eterno.
Ki im-bezot yithalel hamithalel haskel veyadoa oti ki ani Adonay oseh chesed mishpat utsedakah ba'arets ki-ve'eleh chafatsti ne'um-Adonay.
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El texto completo de la parashá lo pueden encontrar en: Navegando la Biblia II, pinchar en Torah y Haftarot.

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