sábado, 3 de enero de 2009

Vayigash

44:18Y Judá se llegó a él y dijo: Ruego, mi señor, que pueda hablar tu siervo una palabra en presencia de mi señor, y no se encienda tu ira contra tu siervo; porque tú eres igual al Faraón.
Vayigash elav Yehudah vayomer bi adoni yedaber-na avdecha davar be'ozney adoni ve'al-yichar apcha be'avdecha ki chamocha keFar'oh.
44:19Mi señor preguntó a sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre o hermano?
Adoni sha'al et-avadav lemor hayesh-lachem av o-ach.
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Comentario

Rab. Eduardo Waingortin - Esta semana nuestra parashá nos trae las palabras apasionadas de Yehudá, que como comentábamos anoche, no tuvo traductor, sino que habló desde su desesperación. Y según este comentario jasídico muy hermoso que encontré, dice que "las palabras del corazón van directo al corazón". Esto es lo que sucedió con Yehudá y convenció a Yosef, pero ojalá nosotros mismos fuéramos capaces de hablar más desde el corazón, en lugar de utilizar frases hechas que resultan tan vacías... Esa es una hermosa enseñanza que nos deja la Torá esta semana.

Gachi Waingortin - Estas palabras vienen justamente de Yehudá, quien según conversábamos esta semana, no había tenido una actitud clara cuando Yosef estaba en el pozo. Podría haber dicho a sus hermanos, "chicos, no matemos a Yosef, dejémonos de tonteras y vámonos a casa". No, más bien dice, "no lo maten, tal vez podemos venderlo". En realidad, en lugar de optar entre lo bueno y lo malo, opta entre lo malo y el mal menor. Ahora, en cambio, por fin es capaz de optar entre el mal y el bien, incluso sacrificando su propia integridad para evitar un dolor al padre. Con esto demuestra una actitud diferente, que permite llegar a la reconciliación entre los hermanos.

Yael Waingortin - Sí, pero en realidad nadie ha cambiado realmente. Yacov sigue mostrando un favoritismo con Binyamin, tal como lo tuvo con Yosef. Y el mismo Yosef sigue con favoritismo frente a Binyamin. Es todo producto de que Yacov tenía un patrón errado y eso produjo mucho dolor en toda la familia.

Adina Schatzberg - Ni Yacov ni ninguno de los patriarcas era un santo. Es justamente por eso que la Torá no los muestra perfectos, para que aprendamos de sus errores.

Rab. Eduardo Waingortin - Bueno, pero ante esos errores y problemas, o te tiras desde la pila de suéteres o enfrentas las cosas... (se ríe).

Yael Waingortin - Déjenme explicarles: mi papá se compra rumas y rumas de suéteres, y nosotros le decimos en broma que si quisiera suicidarse se podría tirar desde la pila de suéteres... (risas).

Rab. Eduardo Waingortin - Claro, Yosef se podría haber tirado desde la ruma de suéteres (risas), pero más bien tuvo la capacidad de rehacer su vida. Es un resiliente.

Felipe Aguirre - Eso fue algo que conversamos en la clase pasada también. Nunca antes habíamos analizado lo que realmente debe haber sentido Yosef. Durante todos esos años se quedó esperando que su padre, quien lo consideraba su favorito, lo fuera a buscar. Pero nada ocurrió. Y con ese dolor, Yosef decide comenzar todo de nuevo. Por eso se casa con la hija de Potifera, y le coloca a sus hijos los nombres que tienen, Menashé y Efraim. Decide hacer una vida nueva en Egipto, desde cero, y olvidar todo lo pasado.

Javier Pizarro - Justamente en la clase pasada hablamos en profundidad de eso. Como ya hemos mencionado antes, todo el sefer Bereshit hasta este momento trata de la bejirá, la elección, donde hay un elegido y otro que es desechado. Yitzhak es elegido e Ishmael no; Yacov sigue con la línea de Abraham pero Esav no. Yosef conocía esa historia de su familia, y a pesar de lo que había soñado, ahora se dice que tal vez estaba equivocado. Yosef cree que los elegidos fueron los hijos de Leah, y que todos los demás fueron descartados, incluyéndolo a él. Piensa que por eso no lo van a buscar, a pesar de los muchos años que esperó. Que todo lo que había estudiado con su padre para continuar con la línea de Abraham había sido en vano. Incluso su madre, que había sido la más amada, finalmente es enterrada a la vera del camino cuando muere, y no es incluida en la cueva de Majpelá. Todas estas cosas le hacen creer que se había equivocado, y por eso incluso había olvidado sus sueños. Así es que decide comenzar todo de nuevo en Egipto, y por eso no intenta regresar a la tierra de Canaán, aunque podría haberlo hecho. Cree que fue completamente olvidado y decide hacer su vida por su cuenta. Hasta que de pronto se encuentra con sus hermanos, lo que menos se esperaba, y a raíz de eso, recuerda nuevamente sus sueños, nos dice la Torá. Y al recordar estos sueños entiende el sentido de todo lo que le ha pasado y es capaz de entender que era un plan divino.

Rab. Eduardo Waingortin - Muy interesante. Lo que sí es importante es saber afrontar el dolor y darle un sentido para poder crecer. Todos tenemos algún dolor en la vida. La diferencia está en qué hacemos con ese dolor: si nos tiramos desde la pila de suéteres (risas) o si le asignamos un sentido, si podemos darle nosotros un significado aunque aparentemente no lo tenga.

Teo Arias - Todo lo que le sucede a Yosef es un signo de Hashem, y ahora Yosef lo entiende así. Mira el dolor y se pregunta "para qué", no "por qué". Todo tenía que ser así, todo estaba dentro de un plan divino y ahora Yosef ve la finalidad de este plan.

Gachi Waingortin - Momentito: ¿es idea mía o esto suena excesivamente a tragedia griega, donde no podemos influir en el destino?.

Rab. Eduardo Waingortin - No, el ser humano siempre mantiene el libre albedrío. Es sólo que D's sabe todo lo que va a pasar porque está por sobre el tiempo y ve la línea continua donde nosotros en realidad sólo podemos alcanzar a ver un segmento. Pero pese a eso, el hombre siempre puede ejercer el libre albedrío. Es algo complejo. Pero sigamos con el texto. Cuando Yosef se enfrenta a sus hermanos y les dice, "yo soy Yosef", menciona lo de la venta. ¿Cómo puede llegar de todas formas a la reconciliación con sus hermanos, pese a que les recuerda el mal que le han hecho?

Yael Waingortin - A mí no me parece bien que les recuerde lo que le hicieron; eso sólo demuesta que en realidad no ha cambiado.

Rab. Eduardo Waingortin - No olvidemos que Yosef es llamado "hatzadik", justamente porque sí logra la reconciliación después de todo.

Gachi Waingortin - El pregunta si su padre vive... pero en realidad esa información ya la tenía. Por eso me cabe la duda acerca de cómo está en la Torá: ¿es una pregunta o una afirmación?. Porque tendría un carácter totalmente diferente.

Rab. Eduardo Waingortin - Es válido lo que dice Gachi, podríamos leer este episodio en forma totalmente distinta.

Evelyn Arias - Dice "Ani Yosef, ha'od avi jai", y por eso es una pregunta.

Gachi Waingortin - Sí, es una pregunta... De todas formas, está dicho como elemento integrador y conciliador, de que son todos hermanos. Dice "mi padre", y antes había hecho la misma pregunta diciendo "vuestro padre". El mensaje es que es el mismo padre para todos.

Isabel Mardones - En Miketz, la parashá pasada, en el capítulo 42, los hermanos de Yosef dicen que se sienten culpables por no escuchar los ruegos de Yosef. Najmánides nos dice que esa es una información nueva, que no había sido dicha cuando Yosef efectivamente fue tirado al pozo. Y que los hermanos se sienten culpables, incluso moralmente culpables, aunque se puede discutir quién lo vendió y cómo fue hecha la venta de Yosef. Puede que no lo hayan vendido ellos directamente. Pero este arrepentimento moral ya es un signo de cambio hacia la dirección correcta.

Leo Langenauer - Lo que la Torá nos está mostrando es que Yosef está buscando que se dé la situación de una teshuvá completa, porque sólo así se logrará el perdón. Y retiene a Shimon porque Rubén no había estado allí en el momento de la venta, sino que en ese momento Shimon había sido el mayor y el que debería haber asumido el liderazgo. Ahora retiene a Binyamin para ver qué hacen los demás, sobre todo para ver si Yehudá es capaz de actuar en forma diferente. Como dice Maimónides, sólo hay teshuvá completa cuando se da la misma situación de nuevo y no se cae en el mismo error, sino que se recapacita y se evita el pecado. Solamente cuando pasamos esa prueba es que la teshuvá es verdaderamente completa y podemos llegar al perdón.

Rubén Preiss - Lo que Maimónides agrega es que D's busca nuestro arrepentimiento, pero, ¿cómo sabemos que tenemos el perdón de D's?. Cuando tenemos vida para poder llegar a vivir la misma situación de nuevo. Esa es la señal de que D's nos ha perdonado: el darnos suficiente vida para poder enfrentarnos de nuevo al mismo problema y no volver a caer.

Yael Waingortin - Yo discrepo un poco de lo que dice Leo, porque no siempre es bueno ponerse a prueba para ver si uno vuelve a caer. Conozco a una pareja que tiene problemas entre ellos. Siguen juntos, y como no confían realmente el uno en el otro, se ponen a prueba una y otra vez, para ver si el otro cae nuevamente en el error o si fue capaz de superarlo. Y créanme que lo pasan muy mal. No siempre es bueno estar poniendo a prueba al otro, porque no se podrá crecer. Y eso no es el verdadero perdón.

Javier Pizarro - No es tan así que los hermanos lo hayan vendido, ni que hayan comido su pan junto al pozo, sino que estaban a unos 30 kms de distancia según el lugar que señala la Torá... Se puede discutir todo eso. Los hermanos no eran culpables de todo, como uno lo interpretaría al leer superficialmente el texto. Más que aclarar cómo fueron los hechos, lo que José hace es presentar lo que él sintió. Siguiendo con la argumentación de Yael, no se trata de conseguir el perdón, sino la teshuvá, el arrepentimiento. El Talmud trata esto en profundidad y trata de la situación de un tipo que conoce a una mujer en la calle y se mete con ella. Después, nuevamente está en la situación de encontrarse con una mujer en la calle y no se mete con ella. Pero se podría argumentar que no es exactamente la misma situación, porque es otra mujer, no exactamente la misma mujer... Nunca se podrá repetir exactamente la misma situación, eso es absurdo. De lo que se trata es que nos arrepintamos como para no tropezar nuevamente con la misma piedra. ¿Qué hacemos realmente en Yom Kippur? Tratamos de sentirnos arrepentidos, no es un tema de perdón, de que el otro nos perdone. Sino de que nosotros podamos llevar nuestro arrepentimiento frente a D's.

Adina Schatzberg - Justamente, Yom Kippur no es el "día del perdón", sino el día del sacrificio, de la kapará, de lo que uno debe hacer.

Javier Pizarro - Exacto. Y se trata de que nosotros seamos los Baale Teshuvá, los dueños del arrepentimiento, en el sentido de que nosotros llevemos las riendas de ese proceso y realmente lo podamos realizar en profundidad. No se trata del perdón en el sentido de ser perdonados, sino de que sinceramente logremos arrepentirnos en forma activa, para ser verdaderos Baale Teshuvá.

Yael Waingortin - Lo que se ve acá es que en realidad nadie ha cambiado: ni Yacov, que sigue haciendo preferencias, ni Yosef, que hace lo mismo... Y hasta cuando Yacov bendice a los hijos de Yosef no respeta al que es mayor, sino que cambia las manos... Hay un ideal, y es la teshuvá shlemá, el arrepentimiento completo. Pero hay una realidad, y es que no siempre el arrepentimiento se da. Por una parte, es imposible repetir la misma situación para no caer, porque no somos los mismos en cada situación. Y por otra parte, muchas veces la gente simplemente no cambia, no quiere o no puede cambiar. Y la reconciliación es aceptar al otro tal como es, con sus errores y falencias. Los hermanos aceptan al padre tal como es. Cuando les dice: "Dos hijos me dio mi mujer, cuiden a Binyamin porque es el único que me queda", debe haber sido terrible escuchar eso siendo ellos también hijos de ese mismo padre que aparentemente no los reconoce en el mismo grado. Pero es el padre, y aprenden a aceptarlo tal como es. Creo que el gran desafío y la gran dificultad de la reconciliación está ahí, en aceptar al otro y no exigirle cambios que no está en condiciones de realizar.

Rab. Eduardo Waingortin - Tal vez ese es un mensaje valioso de la Torá: si bien no han cambiado, han aprendido a tomar al otro tal como es. A veces la vida no permite que las cosas sean como dice Pirké Avot, que haya primero verdad, luego justicia y entonces paz. A veces hay que renunciar a la verdad estricta en aras de la paz, del shalom bait, para permitir la reconciliación.

Leo Langenauer - Yo voy a defender a Yacov, a pesar de todo lo malo que se ha dicho de él... Justamente quiero volver a la escena de la bendición a los hijos de Yosef y el cambio de las manos. Al margen de sus actos, ¿qué es lo que dice realmente en su bendición? Yacov da una bendición en plural, que es exactamente igual para ambos chicos. ¿Qué nos quiere decir esto? Que da lo mismo cómo coloque las manos, porque la bendición es una y la misma, y está en las palabras, no en las manos. Lo que está haciendo Yacov es dar un salto y demostrar que da lo mismo cuál sea el mayor o el menor, la bendición es una sola.

Teo Arias - Con esto Yacov señala que la bendición proviene de D's, no de las manos ni de los hombres.
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44:32Porque tu siervo salió fiador del mozo con mi padre, diciendo: Si no te lo volviere a traer, entonces pecaré para con mi padre por el resto de los días.
Ki avdecha arav et-hana'ar me'im avi lemor im-lo avi'enu eleycha vechatati le-avi kol-hayamim.
44:33Ahora pues, te ruego que tu siervo quede en lugar del mozo, por siervo de mi señor, y el mozo suba con sus hermanos.
Ve'atah yeshev-na avdecha tachat hana'ar eved ladoni vehana'ar ya'al im-echav.
44:34Porque ¿cómo podré yo subir a (casa de) mi padre, sin estar el mozo conmigo? No, no sea que yo vea el mal que ha de sobrevenir a mi padre.
Ki-eych e'eleh el-avi vehana'ar eynenu iti pen er'eh vara asher yimtsa et-avi.
45:1Y no pudo José contenerse delante de todos los que al lado de él estaban, y exclamó: !Haced que salgan todos de mi presencia! Y no quedó nadie con José, cuando él se dio a conocer a sus hermanos.
Velo-yachol Yosef lehit'apek lechol hanitsavim alav vayikra hotsi'u chol-ish me'alay velo-amad ish ito behitvada Yosef el-echav.
45:2Y levantó su voz en llanto, le oyó todo Egipto, y le oyó la casa del Faraón.
Vayiten et-kolo bivechi vayishme'u Mitsrayim vayishma beyt Par'oh.
45:3Y dijo José a sus hermanos: ¡Yo soy José! ¿Vive mi padre todavía? Mas sus hermanos no podían responderle, porque estaban turbados delante de él.
Vayomer Yosef el-echav ani Yosef ha'od avi chay velo-yachlu echav la'anot oto ki nivhalu mipanav.
45:4Y dijo José a sus hermanos: Os ruego os acerquéis a mí. Y ellos se le acercaron. Y les dijo: Yo soy José, vuestro hermano, a quien vendisteis para Egipto.
Vayomer Yosef el-echav gshu-na elay vayigashu vayomer ani Yosef achichem asher-mechartem oti Mitsraymah.
45:5Ahora pues, no os entristezcáis, ni pese a vuestros ojos el haberme vendido acá; que para preservar (vuestra) vida me envió Dios delante de vosotros.
Ve'atah al-te'atsevu ve'al-yichar be'eyneychem ki-mechartem oti henah ki lemichyah shlachani Elohim lifneychem.
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El texto completo lo pueden encontrar en:Navegando la Biblia II, pinchar en Torah y Haftará.

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